En otra preciosa mañana de miércoles compartimos un nuevo extracto taoísta enviado por nuestro compañero César.

Lao Tse dijo:

Todo el mundo conoce los efectos del orden y del caos, pero nadie conoce los medios de preservar la totalidad de la vida. Por ello, los sabios estudian la sociedad y trabajan por ella; evalúan lo que hacen y lo planean.

Los sabios pueden ser pasivos y pueden ser activos; pueden ser flexibles y pueden ser firmes; pueden ser complacientes y pueden ser enérgicos. Activos o pasivos conforme a la ocasión, establecen las obras conforme a los recursos.

Viendo cómo van las cosas, saben cómo acabarán. Trabajan por la totalidad, pero observan sus transformaciones: cuando se produce un cambio, adoptan formas en función del mismo. Y cuando hay movimiento, responden a él. De esta manera, actuando así durante toda su vida, no son detenidos por nada.

Así pues, existen cosas acerca de las que es correcto hablar pero no hacer, existen cosas que es correcto hacer pero no hablar de ellas. Existen cosas que son fáciles de hacer pero difíciles de completar, y existen cosas que son difíciles de perfeccionar y fáciles de arruinar.

Algo que es correcto hacer pero sobre lo que no es correcto hablar es hacer una elección. Algo sobre lo que es correcto hablar pero que no es correcto hacer es planear un engaño. Algo que es fácil de hacer pero arduo de completar es trabajar. Algo que es arduo de perfeccionar pero fácil de arruinar es la reputación.

Estas cuatro cosas son objetos de la atención de los sabios, pero son vistas únicamente por los iluminados.